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domingo, 25 de septiembre de 2016

GOLPE DE ESTADO FUE PROCESO DE TRES MESES QUE BOSCH CONTÓ A DETALLE SIETE AÑOS DESPUÉS
Hoy ya son 53 años del día que torció el rumbo de República Dominicana. El punto de quiebre del orden constitucional que con un golpe de Estado sacaba de funciones al primer gobierno democrático electo por el pueblo luego de tantos años de dictadura.
Con esa salida se iba la Constitución de 1963, la que todos coligen ha sido la más avanzada y progresista desde aquellos años a la fecha. En esos 53 años de camino el país ha tenido una intervención norteamericana y el comienzo de una guerra civil, seis presidentes electos en urnas y gobiernos que se afianzaron en la represión o la libertad.

Siete años después del derrocamiento de su gobierno, y con todas las piezas del rompecabezas en mano, el profesor Juan Bosch escribió al país el detalle de los últimos tres meses de su gobierno, y las cosas que pasaron hasta que fue hecho preso en la madrugada del 25 de septiembre.
En su explicación el expresidente defiende que muchos de los militares que firmaron la proclama que tumbaba su gobierno no tenían relación con el plan orquestado. “Pero sucede que muchos de esos militares no tuvieron nada que ver con el golpe. Sus firmas aparecen en la proclama porque estaban en el Palacio nacional la noche del 25 de septiembre, no porque tomaran parte de los acontecimientos”, escribió Bosch en 1970, un documento rescatado por el portal del Partido de la Liberación Dominicana, organización que fundara en el 1973 y gobierna de forma ininterrumpida desde el 2004. El relato del expresidente comienza con la visita que le hiciera el exgeneral haitiano León Cantave, a través de Juan Díaz, a quien Bosch identifica como un dominicano que residía permanentemente en los Estados Unidos por espacio de 35 años. La visita de ambos hombres era pedirle armas, medios y una base en territorio dominicano para preparar una expedición contra el gobierno de FranÁois Duvalier, una propuesta que ya le habían hecho al presidente en otras ocasiones, según revela en el texto. La sorpresa de Bosch fue que cuando se negó a apoyarles, con el argumento de que si les apoyaba luego no tendría moral para reclamar si en algún momento a República Dominicana le hacían lo mismo, los hombres aceptaron sin reparos sus argumentos, no muy común en dos personas que habían viajado desde Nueva York a hacerle ese planteamiento. “La lógica de la Guerra Fría, de la lucha contra el comunismo y el peligro de la Revolución cubana era lo que predominaba para aquella época”, dice el expresidente Leonel Fernández en un análisis sobre la época publicado en este periódico. “Ese fue el criterio que prevaleció cuando diecinueve meses después del golpe de Estado, con motivo de la Revolución de Abril de 1965, los Estados Unidos intervinieron militarmente en la República Dominicana, impidiendo el retorno al poder de un gobierno elegido democráticamente, bajo el criterio de evitar una segunda Cuba, o la instauración de un régimen comunista”. Ese contexto también lo comparte Víctor Grimaldi, una de las personas más cercanas al expresidente derrocado. “Es Bosch presidente de la República en 1963 y tiene un dilema en un fuego cruzado: presiones de grupos internos, de derecha y de izquierda, y las insistencias del Gobierno de Estados Unidos para que aplicara en Santo Domingo la doctrina norteamericana anti izquierdista, anti insurreccional, anticastrista y anticomunista”, escribió hace unos meses en este diario el hoy embajador. El presidente Bosch cuenta en su texto que recibió una nota de un haitiano que le pedía verlo para explicarle las razones por las que había abandonado el campamento en Sierra Prieta, al norte de la entonces capital dominicana. Tras una conversación con esa persona se enteró que entre 70 y 80 haitianos hacían ejercicios militares en ese campamento. Esos ejercicios eran de conocimiento del ministro de las Fuerzas Armadas, Elby Viñas Román, que se lo confirmaba al propio presidente con el argumento de que el exgeneral Cantave le había dicho que tenía la aprobación del presidente, pero que ante orden contraria podían desmantelar de inmediato los ejercicios militares que se estaban realizando. Poco tiempo después los ejercicios se retomaron y la historia del Golpe de Estado iba encontrando más pasos.
Bosch: “El plan estaba dirigido desde Washington”
El expresidente cuenta que la noche del 2 de agosto el exgeneral Cantave y los haitianos fueron embarcados en camiones que les llevaron hasta Dajabón, donde arribaron el día 3. Ese día, cuenta Bosch como prueba de carácter político, no documental, los Estados Unidos anunciaron oficialmente que cerraban la misión de la AID en Haití, que en el juicio del profesor significa el mensaje para los antiduvalieristas que esa nación rompía totalmente con Duvalier.
“Los hombres de Cantave fueron llevados hasta la bahía de Manzanillo, en el lugar donde desemboca el río Masacre. Iban con uniformes y zapatos nuevos y con las armas que se les habían cogido en junio de 1959 a los expedicionarios que habían venido de Cuba por Constanza, Estero Hondo y Maimón con el propósito de derrocar a Trujillo”, escribe Juan Bosch.
El día 5 de agosto los haitianos penetreraron a su país por unas siembras de cabuya donde le esperaban vehículos. A partir de ahí, cuenta el profesor, la prensa de Estados Unidos comenzó a publicar noticias que hablaban de que en el norte de Haití había sublevaciones contra el gobierno haitiano, y que desde cierto lugar del Caribe habían llegado varias expediciones. “Yo no podía sospechar que ese ataque había salido de la República Dominicana”, reflexiona el expresidente. “Estoy haciendo la historia secreta del golpe de Estado de 1963 para que el pueblo conozca los hechos y pueda hacer juicios correctos, y sobre todo para que los jóvenes dominicanos que están entrando o van a entrar en la vida política queden enterados de todo lo que puede suceder en un país como el nuestro, donde un poder extranjero está en capacidad de tomar decisiones que comprometen la vida misma del gobierno dominicano, en lo nacional y en lo internacional, sin que nadie en el gobierno se entere de lo que está pasando”, cuenta Bosch. En toda esa historia de tres meses, asegura el expresidente, no hubo una persona, campesino u obrero, empleado público o dirigente del PRD o de otro partido que se le acercara a darle una información sobre los movimientos del general León Cantave.

Fuente: Listín Diario.

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